El escritor Tomás Segovia critica la resistencia de España a asumir el exilio (efe - ar.news.yahoo.com)
El poeta nacido en España y exiliado en México por la Guerra Civil española, Tomás Segovia, dijo hoy que "es muy grave" la resistencia que tiene la sociedad española a asumir el exilio como hecho histórico.
El autor de poemas como "Anagnórisis" (1967) hizo estas declaraciones en uno de los actos conmemorativos de los setenta años del inicio del éxodo republicano, que se están celebrando este año en algunos de los países de acogida de quienes tuvieron que huir de España en los años treinta.
México fue uno de esos lugares y a él llegó, y en él se estableció, Segovia en 1940, con 13 años, tras pasar por Francia, Marruecos y Uruguay.
"Para que una democracia sea legítima después de una dictadura es imprescindible deslegitimar la dictadura, juzgarla; en España se están negando a ello y la falta de reconocimiento del exilio es una de las fases", destacó el escritor nacido en Valencia en 1927.
En su opinión, en su país de origen hay una excesiva insistencia en la transición, lo que supone que se vea a la actual democracia como "hija del franquismo".
"La idea de que fue Franco quien nos regaló la democracia se siente en todas las partes de España", aseguró, y añadió que para él "la democracia española es una restitución de la que ya había tenido el país en la época de la República".
Testigo de lo que supone dejar un país y empezar de cero en otro, Segovia dijo que hoy en día podía asemejarse su experiencia vivida con la que sufren los inmigrantes que dejan sus países en busca de una vida mejor.
"Nuestra experiencia es una anticipación de algo que es fundamental en el siglo XXI, la inmigración, los no ciudadanos que sufren hoy en día los problemas de integración", apuntó.
Las apreciaciones de quien fue ganador del premio Poesía Federico García Lorca Ciudad de Granada, en 2008, fueron hechas en una de las mesas de diálogo que se celebrarán estos días en la Universidad Nacional Española a Distancia (UNED) en la capital mexicana y que tratarán de las principales aportaciones que los republicanos tuvieron en México en todos los ámbitos de la sociedad.
En ella también participó el político mexicano Porfirio Muñóz Ledo, quien estuvo de acuerdo con la visión de Segovia referente a la muerte del exilio republicano tras la transición española.
"Hubo una muerte unilateral del exilio republicano en España y desde entonces el binomio es una palabra maldita", apuntó.
Muñoz Ledo analizó el papel que tuvo el presidente Lázaro Cárdenas (quien gobernó en los años del exilio español) para crear la identidad mexicana y unificar dos visiones que había en México sobre España.
"En México desde antes de su independencia había dos españas, la oscurantista, conquistadora y racista, por un lado, y por otro la ilustrada, humanista y generosa", explicó, y "fue Lázaro Cárdenas quien recuperó esta segunda e hizo que el mexicano se reconciliara consigo mismo", añadió.
También destacó la figura de Cárdenas el historiador Javier Garciadiego, quien describió al presidente como alguien "con una gran experiencia política a pesar de su corta edad" que tomaba decisiones "fruto de la estrategia".
Destacó así su enorme capacidad como político y estadista que demostró, entre otros aspectos, "con su decisión de abrir las puertas del país a los españoles exiliados".
Una de las principales aportaciones que los exiliados españoles hicieron a México y que todos los miembros de la mesa destacaron tuvo que ver con la cultura.
En opinión del también historiador José Antonio Matesanz, "no hay un solo campo de la cultura que no haya sido tocado por los exiliados españoles".
Así, apuntó, "influyeron en la transformación cultural de México de una forma espléndida y estuvieron presentes en la mayor parte de la cultura mexicana.
Algo a destacar, concluyó, serían la influencia que tuvieron los profesores exiliados que entraron a dar clases o charlas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes formaron a miles de alumnos y potenciaron dicha transformación cultural.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Abre el XX Coloquio Cervantino Internacional con homenaje a su fundador, Eulalio Ferrer
Abre el XX Coloquio Cervantino Internacional con homenaje a su fundador, Eulalio Ferrer (efe - ar.news.yahoo.com)
El ex presidente colombiano Belisario Betancur abrió hoy en México la XX edición del Coloquio Cervantino Internacional, que toma como eje este año el homenaje a su fundador, el fallecido Eulalio Ferrer (1921-2009).
Investigadores de nueve países se dieron cita en la ciudad de Guanajuato (centro del país) para debatir sobre la obra de Miguel de Cervantes y sobre el Siglo de Oro español.
La propuesta que se ha hecho es renombrar el encuentro Coloquio Cervantino Internacional Eulalio Ferrer. "Todos encontraremos que es un reconocimiento apenas justo a la memoria de Eulalio Ferrer", apuntó en su conferencia magistral Betancur, quien fue amigo personal del fundador.
Betancur recordó de Ferrer "su permanente preocupación por la difusión del Quijote, de su militancia aguerrida y en ocasiones agresivas por las desfiguraciones del Quijote".
En el evento estuvo presente su hija, Ana Sara Ferrer, también representante de la Fundación Cervantina de México.
"Fue un hombre generoso que donó el Museo Iconográfico del Quijote, el cual fue formado en el hogar de la familia, en una casa rodeada de esos símbolos", explicó sobre su progenitor.
Hoy también se develó una placa en honor de Ferrer, nacido en Santander (norte de España), y quien fue publicista, escritor y mecenas cultural.
Fue nombrado Hijo Predilecto de Guanajuato y recibió también la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil del rey de España, Juan Carlos I, en 1988, entre otros galardones.
Entre los actos previstos está la presentación de su libro "México en el corazón". También habrá una exposición-homenaje a Ferrer con "Quijotes", de la Colección Askenazi, y se leerá un texto en su memoria elaborado por el escritor mexicano Carlos Monsiváis.
El primer coloquio se celebró en 1987, el mismo año en que se fundó el Museo Iconográfico del Quijote. La cita ha dejado de realizarse en tres ocasiones (1992, 1997 y 2001).
El ex presidente colombiano Belisario Betancur abrió hoy en México la XX edición del Coloquio Cervantino Internacional, que toma como eje este año el homenaje a su fundador, el fallecido Eulalio Ferrer (1921-2009).
Investigadores de nueve países se dieron cita en la ciudad de Guanajuato (centro del país) para debatir sobre la obra de Miguel de Cervantes y sobre el Siglo de Oro español.
La propuesta que se ha hecho es renombrar el encuentro Coloquio Cervantino Internacional Eulalio Ferrer. "Todos encontraremos que es un reconocimiento apenas justo a la memoria de Eulalio Ferrer", apuntó en su conferencia magistral Betancur, quien fue amigo personal del fundador.
Betancur recordó de Ferrer "su permanente preocupación por la difusión del Quijote, de su militancia aguerrida y en ocasiones agresivas por las desfiguraciones del Quijote".
En el evento estuvo presente su hija, Ana Sara Ferrer, también representante de la Fundación Cervantina de México.
"Fue un hombre generoso que donó el Museo Iconográfico del Quijote, el cual fue formado en el hogar de la familia, en una casa rodeada de esos símbolos", explicó sobre su progenitor.
Hoy también se develó una placa en honor de Ferrer, nacido en Santander (norte de España), y quien fue publicista, escritor y mecenas cultural.
Fue nombrado Hijo Predilecto de Guanajuato y recibió también la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil del rey de España, Juan Carlos I, en 1988, entre otros galardones.
Entre los actos previstos está la presentación de su libro "México en el corazón". También habrá una exposición-homenaje a Ferrer con "Quijotes", de la Colección Askenazi, y se leerá un texto en su memoria elaborado por el escritor mexicano Carlos Monsiváis.
El primer coloquio se celebró en 1987, el mismo año en que se fundó el Museo Iconográfico del Quijote. La cita ha dejado de realizarse en tres ocasiones (1992, 1997 y 2001).
domingo, 8 de noviembre de 2009
John Boyne - "La casa del propósito especial". "La URSS trató a la gente peor que los zares" (entrevista)
John Boyne - "La casa del propósito especial". "La URSS trató a la gente peor que los zares" (entrevista) (Xavi Ayén - lavanguardia.es)
"La Rusia zarista no ha sido casi tratada por los escritores contemporáneos".
Lleva camisa a rayas, como un guiño al título que lo catapultó a la estratosfera de los best sellers mundiales. El niño con el pijama de rayas, publicado por primera vez en el 2006, acumula ya cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Pero Boyne es un autor suficientemente ambicioso como para no estancarse en un título y ha decidido ir creciendo como escritor. Tras aquel pijama llegó Motín en la Bounty (2008) y, ahora, La casa del propósito especial, que publican Salamandra en castellano y Empúries en catalán. En esta novela, un anciano visita a su esposa enferma en un hospital londinense y rememora su vida como servidor del último zar de Rusia, Nicolás II, y su familia.
- Su suerte en el mundo editorial cambió a raíz de su encuentro con el mítico editor de Oxford David Fickling, ¿no?
- Había publicado ya tres novelas, yo admiraba a Fickling, el descubridor de autores com Philip Pullman o Mark Haddon, así que le envié el manuscrito de El niño con el pijama de rayas y viajé a Oxford para comentarlo con él. Yo estaba muy nervioso, sudaba... Estuve hablando con él en su despacho durante dos interminables horas, mareando la perdiz... sin que él acabara de pronunciarse, me iba haciendo una pregunta tras otra. Me hizo sentir inseguro, pero al final me confesó que todo aquello era para impresionarme. Yo sabía que si él me lo publicaba es que el libro era muy bueno, porque sentía dentro de mí que aquel libro era o fantástico o terrible, una de las dos opciones... pero no sabía cuál.
- Esta novela es muy diferente a las suyas anteriores, más compleja, como si subiera un peldaño en su exigencia literaria. ¿Es así?
- El pijama cambió mi carrera y mi vida. Pero fue el primer escalón del camino para convertirme en el escritor que quiero ser. Sí, este libro es un progeso en mi carrera, señala la ambición que quiero tener. Quiero ser un novelista más maduro. Aquí he puesto muchísima atención en el lenguaje, en las frases, en los personajes... todo está mucho más cuidado, he escrito ya siete novelas y soy un narrador más experimentado. No es un accidente que el narrador tenga 80 años, quería alguien con toda esa experiencia acumulada.
- ¿Le ha pesado la tradición narrativa rusa?
- Lo primero que pensé es que la época histórica que describo no ha sido casi tratada por los escritores contemporáneos, así que, en realidad, se me aparecía como un campo virgen. He sido, ciertamente, muy influenciado por Tolstói, en especial por Anna Karénina, porque este libro mío es, también, una historia de amor. Quería toda esa nieve, esos carruajes... no me intimidaba la tradición, me estimulaba. ¿Por qué dejar este tema solamente a los escritores del XIX?
- También es la historia de un matrimonio...
- Es una historia de amor a lo largo de 60 años de unidad, ellos siguen ahí, juntos, tras todos esos tiempos difíciles y se quieren y son una roca el uno para el otro. A veces están lejos porque ella no asume el pasado.
- Es también una novela de crecimiento...
- Sí, cada vez el personaje va acumulando más experiencia y, de hecho, cuando habla él de chico en San Petersburgo, la voz de ese narrador es la del escritor que yo he sido hasta ahora; y cuando es el anciano el que narra se escucha al escritor que quiero ser en el futuro. Yo también paso de escritor joven a escritor maduro en esta obra.
- ¿Por qué la caída de los zares?
- Buscaba un momento dramático, épico, dos mundos en tránsito que fueran en paralelo a la conversión de niño a hombre del narrador.
- El clímax de la ejecución de los Romanov se inspira en algo, ¿verdad?
- Cuando era adolescente, en unas vacaciones en casa de mis abuelos, me encontré con la biografía de Nicolás y Alejandra, no sabía nada de historia pero devoré ese volumen como si se tratara de una novela. Y sí, el pasaje de la ejecución me marcó.
- Aparecen el zar, Rasputín y otros personajes reales. ¿Qué porcentaje de ficción ha añadido en sus personalidades?
- He estudiado mucho cómo eran y me he formado mi propia idea a partir de los datos. Creo sinceramente que debían de ser así, no les añado cualidades.
- Pero el zar no era tan buen padre, dicen algunos...
- Hasta donde yo puedo comprender, sí lo era. Los zares se esforzaron por tener una familia unida, eran muy cariñosos, se llevaban a su hijo como acompañante a todos los sitios. Eran buenos padres, en el contexto de su época y del cargo que ostentaban.
- ¿Y qué hay de la princesa Anastasia? ¿Qué le pasó realmente? ¿Cree que consiguió huir?
- Probablemente murió al mismo tiempo que sus padres, es un misterio que nunca se aclarará y las novelas pueden especular libremente.
- ¿Qué hubiera pasado en Rusia de haber mantenido el sistema monárquico?
- Con la revolución, Rusia se convirtió en un país todavía más autocrático, como también lo es ahora y lo ha sido casi siempre, con la excepción del período de Mijaíl Gorbachev. La URSS trató a la gente peor que los zares.
- Usted subraya las relaciones familiares entre las monarquías europeas...
- Fíjese que las tres grandes figuras de la primera guerra mundial eran todos primos: el kaiser Guillermo, el zar y el rey de Inglaterra. Si hubieran solucionado sus disputas familiares de otro modo, no hubiera muerto tantísima gente. Esta novela la ha escrito en Rusia, viviendo en los escenarios de los hechos. Es más apropiado vivir en el lugar de los hechos. Si necesitas describir un palacio y puedes ir a visitarlo, el resultado es mucho mejor. Es un método que repetiré... ahora que me lo puedo permitir.
- Su historia de que lo dejó todo para escribir ¿es cierta o una exageración de algún departamento de marketing?
- ¡Es totalmente cierta! En 24 horas cambié toda mi vida. Me di cuenta de que quería ser escritor a tiempo completo, me fui al pub con los empleados de la librería donde trabajaba, les dejé las llaves y huí a la playa, alquilé una casita y me puse a escribir durante un año, encerrado, sin hablar con nadie.
- "Siendo tan vendido, seguro que escribe de forma sencilla", le deben de decir todavía algunos...
- No hay contradicción entre vender mucho y la calidad literaria. Autores como John Irving o Philip Roth, ejemplos de excelencia narrativa, colocan sus novelas en los números uno cada vez que sacan una novedad. Ahora, en Irlanda, el libro más vendido del 2008 ha sido el último de Colm Tóibín. Cuando escribo sólo pienso en hacer un buen libro, no en vender mucho o en tener buenas críticas. Son cosas que me gustan pero no pienso en ellas.
- Del pijama algunos han dicho que no retrata con suficiente crudeza el holocausto...
- El final sí es muy cruel. No es una descripción gráfica del horror y la violencia no se muestra en cada página. Pero creo que así el efecto es todavía más horroroso.
- ¿Cómo es un día normal en su vida?
- Suena el despertador a las 6,20 h, me siento en el escritorio a las 7.30 h, trabajo en mi novela hasta mediodía y el resto de la jornada hago mis cosas: leer, cocinar, tocar la guitarra, pasear...
- ¿Cómo es posible que todavía haya cuatro novelas inéditas suyas en castellano y catalán?
- Ésa es una pregunta para las editoriales. Ya estamos contratando algunas de ellas. Yo no abjuro de ellas, las defiendo completamente. No son novelas primerizas, The fieth of time (2000) es muy importante, contiene ya temas que me interesan mucho.
- ¿Qué escribe ahora?
- Un cuento de hadas dirigido al público juvenil, aunque lo podrán leer los adultos también, espero.
"La Rusia zarista no ha sido casi tratada por los escritores contemporáneos".
Lleva camisa a rayas, como un guiño al título que lo catapultó a la estratosfera de los best sellers mundiales. El niño con el pijama de rayas, publicado por primera vez en el 2006, acumula ya cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Pero Boyne es un autor suficientemente ambicioso como para no estancarse en un título y ha decidido ir creciendo como escritor. Tras aquel pijama llegó Motín en la Bounty (2008) y, ahora, La casa del propósito especial, que publican Salamandra en castellano y Empúries en catalán. En esta novela, un anciano visita a su esposa enferma en un hospital londinense y rememora su vida como servidor del último zar de Rusia, Nicolás II, y su familia.
- Su suerte en el mundo editorial cambió a raíz de su encuentro con el mítico editor de Oxford David Fickling, ¿no?
- Había publicado ya tres novelas, yo admiraba a Fickling, el descubridor de autores com Philip Pullman o Mark Haddon, así que le envié el manuscrito de El niño con el pijama de rayas y viajé a Oxford para comentarlo con él. Yo estaba muy nervioso, sudaba... Estuve hablando con él en su despacho durante dos interminables horas, mareando la perdiz... sin que él acabara de pronunciarse, me iba haciendo una pregunta tras otra. Me hizo sentir inseguro, pero al final me confesó que todo aquello era para impresionarme. Yo sabía que si él me lo publicaba es que el libro era muy bueno, porque sentía dentro de mí que aquel libro era o fantástico o terrible, una de las dos opciones... pero no sabía cuál.
- Esta novela es muy diferente a las suyas anteriores, más compleja, como si subiera un peldaño en su exigencia literaria. ¿Es así?
- El pijama cambió mi carrera y mi vida. Pero fue el primer escalón del camino para convertirme en el escritor que quiero ser. Sí, este libro es un progeso en mi carrera, señala la ambición que quiero tener. Quiero ser un novelista más maduro. Aquí he puesto muchísima atención en el lenguaje, en las frases, en los personajes... todo está mucho más cuidado, he escrito ya siete novelas y soy un narrador más experimentado. No es un accidente que el narrador tenga 80 años, quería alguien con toda esa experiencia acumulada.
- ¿Le ha pesado la tradición narrativa rusa?
- Lo primero que pensé es que la época histórica que describo no ha sido casi tratada por los escritores contemporáneos, así que, en realidad, se me aparecía como un campo virgen. He sido, ciertamente, muy influenciado por Tolstói, en especial por Anna Karénina, porque este libro mío es, también, una historia de amor. Quería toda esa nieve, esos carruajes... no me intimidaba la tradición, me estimulaba. ¿Por qué dejar este tema solamente a los escritores del XIX?
- También es la historia de un matrimonio...
- Es una historia de amor a lo largo de 60 años de unidad, ellos siguen ahí, juntos, tras todos esos tiempos difíciles y se quieren y son una roca el uno para el otro. A veces están lejos porque ella no asume el pasado.
- Es también una novela de crecimiento...
- Sí, cada vez el personaje va acumulando más experiencia y, de hecho, cuando habla él de chico en San Petersburgo, la voz de ese narrador es la del escritor que yo he sido hasta ahora; y cuando es el anciano el que narra se escucha al escritor que quiero ser en el futuro. Yo también paso de escritor joven a escritor maduro en esta obra.
- ¿Por qué la caída de los zares?
- Buscaba un momento dramático, épico, dos mundos en tránsito que fueran en paralelo a la conversión de niño a hombre del narrador.
- El clímax de la ejecución de los Romanov se inspira en algo, ¿verdad?
- Cuando era adolescente, en unas vacaciones en casa de mis abuelos, me encontré con la biografía de Nicolás y Alejandra, no sabía nada de historia pero devoré ese volumen como si se tratara de una novela. Y sí, el pasaje de la ejecución me marcó.
- Aparecen el zar, Rasputín y otros personajes reales. ¿Qué porcentaje de ficción ha añadido en sus personalidades?
- He estudiado mucho cómo eran y me he formado mi propia idea a partir de los datos. Creo sinceramente que debían de ser así, no les añado cualidades.
- Pero el zar no era tan buen padre, dicen algunos...
- Hasta donde yo puedo comprender, sí lo era. Los zares se esforzaron por tener una familia unida, eran muy cariñosos, se llevaban a su hijo como acompañante a todos los sitios. Eran buenos padres, en el contexto de su época y del cargo que ostentaban.
- ¿Y qué hay de la princesa Anastasia? ¿Qué le pasó realmente? ¿Cree que consiguió huir?
- Probablemente murió al mismo tiempo que sus padres, es un misterio que nunca se aclarará y las novelas pueden especular libremente.
- ¿Qué hubiera pasado en Rusia de haber mantenido el sistema monárquico?
- Con la revolución, Rusia se convirtió en un país todavía más autocrático, como también lo es ahora y lo ha sido casi siempre, con la excepción del período de Mijaíl Gorbachev. La URSS trató a la gente peor que los zares.
- Usted subraya las relaciones familiares entre las monarquías europeas...
- Fíjese que las tres grandes figuras de la primera guerra mundial eran todos primos: el kaiser Guillermo, el zar y el rey de Inglaterra. Si hubieran solucionado sus disputas familiares de otro modo, no hubiera muerto tantísima gente. Esta novela la ha escrito en Rusia, viviendo en los escenarios de los hechos. Es más apropiado vivir en el lugar de los hechos. Si necesitas describir un palacio y puedes ir a visitarlo, el resultado es mucho mejor. Es un método que repetiré... ahora que me lo puedo permitir.
- Su historia de que lo dejó todo para escribir ¿es cierta o una exageración de algún departamento de marketing?
- ¡Es totalmente cierta! En 24 horas cambié toda mi vida. Me di cuenta de que quería ser escritor a tiempo completo, me fui al pub con los empleados de la librería donde trabajaba, les dejé las llaves y huí a la playa, alquilé una casita y me puse a escribir durante un año, encerrado, sin hablar con nadie.
- "Siendo tan vendido, seguro que escribe de forma sencilla", le deben de decir todavía algunos...
- No hay contradicción entre vender mucho y la calidad literaria. Autores como John Irving o Philip Roth, ejemplos de excelencia narrativa, colocan sus novelas en los números uno cada vez que sacan una novedad. Ahora, en Irlanda, el libro más vendido del 2008 ha sido el último de Colm Tóibín. Cuando escribo sólo pienso en hacer un buen libro, no en vender mucho o en tener buenas críticas. Son cosas que me gustan pero no pienso en ellas.
- Del pijama algunos han dicho que no retrata con suficiente crudeza el holocausto...
- El final sí es muy cruel. No es una descripción gráfica del horror y la violencia no se muestra en cada página. Pero creo que así el efecto es todavía más horroroso.
- ¿Cómo es un día normal en su vida?
- Suena el despertador a las 6,20 h, me siento en el escritorio a las 7.30 h, trabajo en mi novela hasta mediodía y el resto de la jornada hago mis cosas: leer, cocinar, tocar la guitarra, pasear...
- ¿Cómo es posible que todavía haya cuatro novelas inéditas suyas en castellano y catalán?
- Ésa es una pregunta para las editoriales. Ya estamos contratando algunas de ellas. Yo no abjuro de ellas, las defiendo completamente. No son novelas primerizas, The fieth of time (2000) es muy importante, contiene ya temas que me interesan mucho.
- ¿Qué escribe ahora?
- Un cuento de hadas dirigido al público juvenil, aunque lo podrán leer los adultos también, espero.
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